El clima para la próxima campaña gruesa en la región pampeana preocupa a los productores, con pronósticos que varían de acuerdo a la región.
Mientras que las recientes lluvias de finales de agosto fueron más favorables en el este de la región núcleo, hacia el oeste y noroeste la foto es diferente y los perfiles sufren la falta de agua.
A esto se suman las chances de que llegue La Niña durante la primavera, cuando se define la siembra de los cultivos de verano. En este punto, los pronósticos muestran datos sin un rumbo claro, con chances que oscilan entre el 41% y 66%, de acuerdo a datos de organismos internacionales.
Según estimaron desde la cátedra de Climatología de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), en el primer caso, las precipitaciones generaron muy buenas condiciones para las últimas etapas de los cultivos de invierno y el arranque de los de verano.
“Sin embargo, hacia el oeste y el noroeste de la región, los suelos están desecándose”, advirtieron.
En dos días, las precipitaciones en el centro-este de la zona núcleo superaron con holgura el promedio mensual: se registraron 114 milímetros, contra un ponderado histórico que en agosto es de 70,3 milímetros.
LLUVIAS FUERTES EN LA REGIÓN SUR
Según Adela Veliz, docente de Climatología de la FAUBA, el sur y este de la zona núcleo también recibieron lluvias abundantes.
“Los registros de la localidad de Junín, en la provincia de Buenos Aires, indican acumulados de 45 milímetros en los últimos dos días de agosto, sumando en todo el mes 72,4 milímetros, cuando la media de agosto es 40,8 milímetros”, señaló.
Pero la disponibilidad hídrica disminuye paulatinamente hacia el oeste y el noroeste de la Región Pampeana, ya que en el norte y el centro de Santa Fe y en el norte y el centro de Córdoba se observa un desecamiento notable.
Desde la cátedra también analizaron la evolución del almacenaje de agua en las localidades de Tres Arroyos (Buenos Aires) y de Reconquista, en Santa Fe. Mientras que en el primer caso la disponibilidad de agua es buena para que el trigo crezca adecuadamente, en la segunda localidad la escasez generalizada de humedad edáfica estaría impactando en el cultivo.
QUE PASARÁ CON LA NIÑA EN PRIMAVERA
En el caso de las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial -un indicador esencial del clima- indicaron que se mantienen en valores compatibles con la neutralidad, a pesar de registrarse un enfriamiento evidente desde la costa sudamericana
Con respecto a la probabilidad de un evento Niña, remarcaron las diferencias entre los pronósticos del Climate Prediction Center (CPC) de principios de agosto y del International Research Institute for Climate and Society (IRI) de mediados de ese mes.
El CPC anticipó que hay un 66% de probabilidad de ocurrencia de La Niña entre septiembre y noviembre, que seguiría hasta enero-marzo de 2025 con un 57% de probabilidad, para luego regresar a su fase neutral en otoño.
En tanto, el IRI indicó un 41% de probabilidad de La Niña para este trimestre, porcentaje que se elevaría hasta el 49% entre los meses de noviembre a enero.
En paralelo, en el ámbito del Servicio Meteorólógico Nacional (SMN) anticiparon que la próxima primavera será seca y calurosa. De este modo, reconocieron que -en líneas generales- se esperan precipitaciones inferiores a los valores normales para la época, sobre todo en el norte de la Región Pampeana y sur de la Mesopotoamia y Cuyo.
Además, señalaron que las temperaturas medias seguirán elevadas en el centro y el norte del país, particularmente en el noroeste.