Un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y el clima adverso de Sudamérica dispararon el precio de los granos

El último informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) del viernes pasado recortó las estimaciones de producción de soja y maíz, lo que, combinado con condiciones climáticas adversas en países como Argentina, Brasil y Paraguay, generó un fuerte repunte en los precios internacionales de los granos. En apenas dos días, la posición mayo de la soja acumuló una suba de US$20 por tonelada en el mercado de Chicago, mientras que el maíz registró un incremento de US$11 en el mismo período.

El analista Gustavo López explicó que la escalada de precios comenzó el viernes con un alza de casi US$8 en la soja, que se replicó el lunes. “La posición mayo de la oleaginosa pasó de US$371 el jueves a US$381 el viernes y US$392 el lunes. Por su parte, el maíz avanzó de US$179 el jueves a US$188 el viernes y cerró el lunes en US$190″, detalló.

López destacó que esta tendencia se originó tras el informe del USDA, que redujo la producción de soja en Estados Unidos de 121,42 a 118,84 millones de toneladas, mientras que la de maíz cayó de 384,4 a 377,7 millones, una baja del 2%. A nivel mundial, la producción de soja disminuyó en 2,9 millones de toneladas, situándose en 424,3 millones, mientras que la de maíz se ajustó a 377,7 millones. “Estas reducciones reflejan menores rendimientos y áreas cosechadas, además de ajustes en países como Rusia y China. Sin embargo, el USDA mantuvo sin cambios las proyecciones para Argentina y Brasil, desafiando las expectativas del mercado”, señaló.

Según el especialista, “la fuerte reacción de los mercados pone de manifiesto que estos datos sorprendieron a los operadores, quienes no esperaban este escenario”. Además, consideró que “todavía hay margen para más subas si las condiciones climáticas en Sudamérica no mejoran”. También advirtió que, aunque el USDA proyecta una cosecha récord en Brasil y una buena campaña en Argentina, “los operadores ya están empezando a descontar un poco el impacto de la falta de precipitaciones”.

Juan Manuel Uberti, de la corredora Grassi SA, coincidió en que el clima en Sudamérica “está ganando protagonismo”, como era esperable para esta época del año. “En la Argentina, mucha soja de primera y maíz se encuentran transitando períodos críticos bajo condiciones climáticas que generan preocupación. Las lluvias brillan por su ausencia en las primeras semanas de enero y la ola de calor se acentuaría durante toda esta semana. Aunque esto ya era un dato conocido por el mercado porque los modelos de pronósticos lo fueron anticipando oportunamente, por lo cual, ya debería estar descontado en precios”, dijo.

Aunque el mercado ya anticipaba estas condiciones, aseguró que será clave evaluar si las lluvias previstas para el fin de semana serán suficientes y llegarán a tiempo para evitar pérdidas irreversibles.

En este contexto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que el 45% de los lotes de maíz temprano está en condiciones regulares o malas, mientras que el 19% de la soja de primera enfrenta un estado crítico. Para esta semana se anuncia una ola de calor, aunque los pronósticos indican que entre el viernes y el sábado podrían registrarse lluvias con acumulados de entre 15 y 20 milímetros en Santa Fe, el Litoral y Buenos Aires. Este alivio podría reducir parcialmente el impacto de la sequía.

Por otro lado, Uberti señaló que en Brasil las lluvias están teniendo un efecto opuesto, especialmente en Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, donde se retrasó el inicio de la cosecha de soja. “Normalmente, durante enero se recolecta entre un 10% y un 15% de la cosecha de Brasil. Actualmente, el avance ronda solo el 1%. Además, el maíz de segunda suele implantarse en los lotes liberados por la soja, lo que podría generar un efecto alcista en los precios del cereal”, comentó.

Desde Mato Grosso

Paulina Lescano coincidió en que el mercado sigue atento a Brasil. “En el caso del Mato Grosso, una zona clave para la producción de soja, las expectativas de buenos rindes se ven opacadas por las precipitaciones, que están retrasando la cosecha. Por otro lado, en el sur de Brasil, al igual que en Argentina, enfrentan falta de lluvias y temperaturas muy altas”, señaló la analista del mercado.

Además, respecto a la Argentina, destacó que “el clima está generando mucha preocupación” por la falta de precipitaciones. “Más allá de las lluvias que se esperan, esta semana se suma una ola de calor, lo que agrava la situación. Ya veníamos con falta de lluvias desde la semana anterior, y eso es un factor súper preocupante que está generando subas de precios”, apuntó.

En ese sentido, Nicolás Udaquiola, de AZ Group, manifestó: “Estamos en la peor semana según los modelos, con temperaturas muy por encima de lo normal y lluvias nulas o ausentes hasta el fin de semana en la mayoría de las zonas productivas”, señaló. Además, indicó que “los pronósticos presentan incertidumbre sobre un cambio en las condiciones climáticas, lo que aumenta el riesgo para las estimaciones de producción”.

Sobre el informe del USDA, Udaquiola señaló que “el recorte en las estimaciones de producción en Estados Unidos, para una campaña ya finalizada, fue inesperado. Este informe, junto con una demanda firme, impulsó una reacción alcista en los precios”. Además, mencionó que el fortalecimiento del dólar también está sumando volatilidad al mercado y es, además del clima y los datos del USDA el tercer factor que impacta en los pecios.

“Nos queda la asunción de Trump como otro factor en el escenario, junto con un dólar que se sigue fortaleciendo gracias a buenos datos locales. Además, desde la macroeconomía, surgen datos negativos, y Trump amenaza con reinstalar, en mayor medida, los aranceles. Esto añade una gran dosis de volatilidad que no era descartable para este enero. A esto se suma el condimento climático y el comportamiento de los fondos: en maíz están muy comprados, aunque no en niveles récord, y en soja están en torno a diez millones de toneladas vendidas. Todo esto aumenta la posibilidad de agregar aún más volatilidad al mercado”, concluyó.

Por Pilar Vazquez

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